Caramelo líquido
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A base de cortes, quemaduras y algún que otro accidente, aprendí que en cocina hay ciertas trampas que es mejor conocer y evitar. La prisa y la improvisación son malas consejeras, por ello es mejor reflexionar un poco, contar con tiempo de sobra y utilizar los utensilios adecuados. Voy a recordar aquí algunas de las trampas más célebres que recuerdo.


El caramelo ardiente

A la hora de manipular caramelo caliente hay que tener mucho cuidado, que lo carga el diablo. Por suerte para mí, esto lo experimenté en cabeza ajena, viendo los saltos y gestos de dolor del compañero que, encargado de bañar los profiteroles en caramelo recién hecho, quiso buscar un atajo y olvidó utilizar pinzas, haciéndolo con los dedos. El resultado: una quemadura espectacular en pulgar, índice y corazón, imposible de abordar ni calmar hasta que el caramelo se fue enfriando sobre su piel.
  • Alternativas: pinzas.
  • Categoría: salta, salta, pequeña langosta.

Los cuchillos submarinos

Imagen de José Carlos Cortizo Perez en Flickr

Peligroso a más no poder. Un mandamiento sagrado: los cuchillos nunca se deben dejar en la pila o fregadero. Cubiertos de agua, nadie los distingue y las manos, ajenas al peligro, terminan alcanzando su afilada hoja. Algún corte me llevé y más de uno ajeno pude provocar hasta que lo aprendí.
  • Alternativa: limpiar, secar y guardar los cuchillos al momento.
  • Categoría: tus muertos.

El alcohol de quemar

Imagen de Capt' Gorgeous en Flickr

Debería estar desterrado su uso en cocina, pero todavía queda gente con arrojo y poco cerebro que lo utiliza. En el trabajo utilizábamos una botella llena de alcohol en la que sumergíamos una brocheta con una pequeña antorcha de papel de plata, (también conocido en ciertos ambientes como cóctel Molotov). Con ella encendíamos los fuegos y fue la responsable de más de un penoso accidente.

Hace pocos años, el vecino de un familiar decidió utilizar alcohol de quemar para hacer una fondue; resultado: la casa quemada y los vecinos cercados por el humo durante varias horas.
  • Alternativas: pastillas de gel y encendedores.
  • Categoría: para no contarlo.


El paño mojado

Imagen de Chalon Handmade en Flickr

Utilizar un paño mojado para agarrar las asas de una cazuela caliente es toda una experiencia. El agua trasmite el calor con rapidez, corriendo el riesgo de quemarnos las manos y verternos encima el contenido de la cazuela. Experimentado en carne propia, no lo hagáis, sed buenos.
  • Alternativa: paños secos. Los paños mojados siempre colgados, nunca doblados en la encimera
  • Categoría: aparta de mí este cáliz.