Pan y aceite. Este post tendría que haberse escrito hace unos días, y debería haberle acompañado la imagen de un hermoso pan amasado y horneado por mí. Pero por distintas circunstancias no ha podido ser, y el horno ha quedado esperando algo que echarse a la boca en mejor ocasión.

Aceite y pan, una pareja que puede ser tan perfecta como anodina, depende del trato y origen de cada uno de ellos. Veamos, un plato de aceite de oliva virgen extra junto a una rebanada de buen pan, amasado con paciencia, bien fermentado, y nacido de nobles ingredientes, es un duo de lujo y deleite. De la misma manera, un pan acorchado o gomoso, diseñado para pasar el tirón cotidiano y engañar a las salsas, no tiene nada que decirse con un aceite refinado, una pareja que pasará desapercibida y que nadie querrá sentar a su mesa.

Productos maltratados y desconocidos ambos, que agitan la mano para que los veamos y tomemos conciencia de su valor. Llamamos pan al corchopan, y tomamos por bueno un aceite refinado, procesado hasta perder su propiedades originales.

Este fin de semana viajaremos a Jaén para conocer de cerca todo lo relacionado con la cultura del aceite de oliva virgen extra, de la mano de la Diputación de Jaén, con la coordinación y colaboración de Fernado Ortega, de Iloveaceite, y Alfonso, autor del blog Recetas de Rechupete, dentro del encuentro de blogueros "Virgen Extra de Jaén".

Serán tres jornadas intensas en las que, entre otras actividades, asistiremos a catas y degustaciones, vistaremos una explotación agraria donde seguiremos las labores de recolección, y conoceremos el proceso de producción en la Sociedad Cooperativa Andaluza La Encarnación, en Peal de Becerro.

De todo ello daremos cuenta, tanto en el blog como en Twitter, donde podéis seguir el encuentro en directo con el hagshtag #VEJaen.

Imagen de Benediktv en Flickr